Hace exactamente un año fue mi primer día de clases en la licenciatura en filosofía en el sistema escolarizado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Puedo asegurar que estudiar esta carrera ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida hasta ahora. Aun me quedan seis semestre por delante, pero quiero dejar una constancia de cómo ha sido mi experiencia hasta ahora, sobre todo porque este primer año fue completamente en línea y porque, creo yo, ha sido el año con mayor influencia en mi vida.
El camino hacia la filosofía
Cuando alguien se plantea estudiar filosofía tiene, por lo general, dos opciones; estudiar filosofía por su cuenta, asistiendo a cursos, haciendo lecturas, viendo videos y descubriendo nuevas ideas o hacer lo mismo pero en la compañía de expertxs en filosofía en una universidad. Antes de entrar a la UNAM, yo ya estudiaba filosofía de forma autodidacta a la par que cursaba otra licenciatura en otra universidad. Mi método consistía en leer libros y escuchar podcasts sobre las ideas desarrolladas en esos libros, en especial aquellos que se encuentran en La Fonda Filosófica, ya que el rigor y la claridad con la que Darin McNab desarrolla los temas es impresionante para quien se acerca por primera vez a los textos o a la filosofía en general. A veces complementaba mis lecturas con un pequeño ensayo sobre las ideas más importantes del texto con la finalidad de ordenar mis pensamientos, a veces hacia preguntas en el subreddit r/AskPhilosophy sobre temas que no entendía completamente y a veces seguía páginas de memes sobre filosofía para complementar el estudio con un poco de humor.
Al iniciar la pandemia, tuve mayor oportunidad de leer filosofía y de profundizar en los temas que me importaban. Conforme más avanzaba, más quería seguir estudiando y más me daba cuenta de que la filosofía me proporcionaba algo que siempre había estado buscando; preguntas y respuestas. Sin embargo, este método no me convencía del todo, ya que no tenía con quién confrontar mis ideas ni con quien discutir los textos, solo podía reflexionar conmigo mismo o en foros de internet, lo cual me hacía sentir que me estaba perdiendo de algo. En ese tiempo, por circunstancias bastante extrañas, tuve que decidir que carrera quería estudiar (de nuevo), así que, en vez de revalidar mis estudios en derecho, decidí que empezaría con filosofía.
Estudiar filosofía en la universidad
Estudiar filosofía en la universidad es una experiencia única y compleja. Por un lado, en comparación con otras carreras universitarias, la filosofía muchas veces depende del desarrollo histórico, por lo que en ocasiones parece que se está estudiando historia de la filosofía en vez de filosofía por sí misma. Por otro lado, a diferencia del estudio autodidacta de la filosofía, la universidad tiene un plan de estudios que busca cubrir las bases mínimas de la filosofía en general, por lo que se pueden descubrir áreas y temas que de otra forma no hubieras visto, además de que en cada una de las materias tienes a unx expertx que no solo te da una guía para entender lo que estas estudiando, sino que también interactúa contigo corrigiendo tus errores y resolviendo tus dudas. Por si fuera poco, también entras en una comunidad estudiantil bastante diversa con la que puedes compartir tus intereses y puntos de vista.
En el caso de la UNAM, estudiar filosofía implica el acceso a todos los beneficios que brinda la institución, entre los destaco los siguientes: Acceso a muchas bases de datos y journals, diversas becas, intercambios nacionales e internacionales, una amplia oferta de cursos y docentes tanto dentro de la licenciatura como en otros colegios y facultades, cursos de lengua extranjera y varios descuentos en librerías y otras tiendas. También está el Instituto de Investigaciones Filosóficas, una institución compuesta por varixs investigadorxs que son pionerxs en sus áreas y con reconocimiento mundial por la calidad de sus investigaciones, con quienes se puede interactuar en las aulas de la facultad y en algunos programas del propio instituto.
Mi primer día de clases tenía dos materias; "Introducción a la investigación filosófica" y "Lógica I" con el grupo 1101. Por cuestiones administrativas, hubo un malentendido con los horarios, así que el profesor de introducción no publicó algún link o información, por lo que algunxs alumnxs armamos una reunión en meet para platicar. Al principio fue incómodo, pues socializar en línea durante una pandemia es difícil, pero después entró el profesor, nos aclaró la situación y nos dio la bienvenida a lxs pocxs que estabamos allí. La siguiente clase fue "Lógica I" con el Alejandro Vázquez del Mercado (curiosamente hoy también tuve clase con él, solo que esta vez fue en "Lógica III"), quien nos pidió que nos presentáramos diciendo nuestro nombre, por qué estudiamos esa carrera y qué era lo que más nos llamaba la atención de filosofía. Como en el primer semestre de la licenciatura te dan tu horario en vez de que lo elijas, tomas todas las clases con el mismo grupo de personas, así que esta presentación entre todxs es muy importante porque conoces, por primera vez, a quienes serán tus compañerxs todo el semestre y probablemente toda la carrera. En el grupo 1101 había una gran variedad de contextos e intereses, desde quienes acababan de salir de la preparatoria hasta quienes ya habían terminado una carrera, por poner un ejemplo. Durante la primera semana de clases la dinámica fue parecida con todxs lxs profesorxs. Como yo venía de derecho, donde la formalidad impera en las relaciones entre alumnxs y profesorxs, me sorprendió que la mayoría de lxs profesorxs fomentaran un ambiente horizontal respetuoso y cómodo, sin tantos formalismos.
Después de esa primera semana, empezamos con las clases del curso, las cuales son diferentes a las que hay en otras licenciautras. No se trata, en la mayoría de los casos, de que unx expertx en el tema se ponga a hablar durante dos horas de un tema, sino que asumen un papel similar al de unx moderadorx que presenta el tema y pide a lxs alumnxs que participen para desarrollar las ideas y corregir errores que tal vez surjan en la lectura de un texto. En ese sentido, es más parecido a un seminario, aunque se preserven algunos elementos de la cátedra, como la presentación del tema y algunos detalles de contexto histórico o de términos específicos. Dada la naturaleza del aprendizaje en filosofía, las evaluaciones dependen de trabajos escritos en los que se desarrolla una idea central del curso o un autor, donde el mayor peso esta en la argumentación y la claridad. A veces estos trabajos son de tema libre, a veces son dos o tres preguntas abiertas que requieren una respuesta bastante larga o a veces son ensayos sobre temas específicos, todo depende de quien dé la clase. Excepto en lógica. En lógica sí se califica con exámenes comunes muy parecidos a los de matemáticas donde se desarrollan pruebas y se evalúan argumentos formales.
Mis clases favoritas eran aquellas en las que se hacían lecturas semanales y se discutían los temas en clase, entre las cuales disfrute mucho "Teoría del Conocimiento" con Nydia y Carlos, "Lógica" con Alejandro (donde en vez de lecturas hacíamos ejercicios) y "Filosofía de la Historia" con Rocío. Hablando de profesorxs, daría como consejo general que se pidan referencias de cómo evalúan y cómo dan la clase en los grupos de estudiantes en facebook, ya que muchas veces el temario que aparece en la página de inscripciones no es suficiente. De igual manera, si en las primeras dos clases no les gusta la forma en que se abordan los temas u otro aspecto, no duden en cambiarse de grupo o darse de baja y llevar la materia en extraordinario. Es mucho mejor cambiar de profesorxs que quedarse con alguien a quien no entienden.
Un año de filosofía ¿Qué aprendí?
Un año escolar transcurrió casi como relámpago (en serio, entre los dos primeros semestres tuve vacaciones de dos semanas y apenas 15 semanas de clase por semestre). Sin embargo, tuve mucho que aprender, y aunque no puedo poner todo aquí por cuestiones de espacio, comparto lo que me parece más importante.
El rigor de la filosofía. Contrario a la creencia popular que representa a la filosofía como opiniones personales o, peor aún, sinsentidos con palabras rimbombantes ( "mi filosofía de vida es..." o "la filosofía solo sirve para perder el tiempo", por ejemplo) me encontré con que el proceso para hacer y entender la filosofía es muy riguroso. No es suficiente con hacer un análisis superficial de un texto e interpretarlo con los criterios que tengamos a la mano, ni es suficiente un texto que apenas desarrolle una idea a medias y justifique con un par de ejemplos. La filosofía implica un verdadero compromiso con el entendimiento de ideas y el desarrollo de las mismas, un compromiso que implica un análisis tanto formal como sustantivo de cada argumento, que implica la investigación y el constante cuestionamiento de cada creencia que tengamos utilizando cada herramienta posible. Y es este contacto constante con la filosofía que me ha hecho, creo yo, un pensador más riguroso.
La filosofía es un quehacer colectivo. Una representación que considero muy adecuada es la filosofía como un dialogo interminable sobre las preguntas más importantes y fundamentales que se hace la humanidad. De este diálogo han surgido muchas preguntas que conforman campos del conocimiento por sí mismas, cómo lo es la física o la psicología. Este diálogo incluye a todas las personas que buscan hacer filosofía con el rigor que esta implica, y va más allá de las barreras del tiempo, cómo en el caso del diálogo con autorxs del pasado. Incluso quienes, alejados de toda persona, buscan hacer filosofía de forma solitaria, sostienen un diálogo con las ideas que propone y que se unen a la sociedad por medio del lenguaje.
Hay mucho, mucho más que aprender. Me he dado cuenta que conforme más aprendo de filosofía, más campos encuentro. Puedo afirmar que existe, al menos como posibilidad, un cuestionamiento filosófico para cada cosa en el universo. Esto es así porque la filosofía está en constante diálogo con todas las disciplinas y, en teoría, todas las disciplinas surgen de una pregunta filosófica. Así, podemos encontrar filosofía del derecho, filosofía de la comida, filosofía del arte, filosofía de la física, filosofía de las redes sociales y muchas más áreas que se ocupan de hacer las preguntas más fundamentales en cada rama.
Conclusión
Hay muchas cosas más que he aprendido este año, pero por cuestiones de esfuerzo y tiempo no incluyó en esta entrada, aunque probablemente lo haga en el futuro. Lo cierto es que estudiar filosofía ha cambiado mi forma de ver el mundo y a mí mismo. Me ha hecho cuestionarme todas mis creencias conscientes y me ha dado la oportunidad de conocer a muchas personas que me han brindado su apoyo y compañía para andar este sinuoso pero gratificante camino.
Estudiar filosofía es, sin duda, algo que toda persona debería tener la oportunidad de hacer en su vida, aunque no sea en la universidad.
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